EN PARTIDA DOBLE
Alejandro Mares Berrones



El pleito entre Morena y el PAN es “a muerte política”. La lucha entre la izquierda y la derecha ha sido histórica en un país como México, donde aún no se consolida una democracia plena.

La presidenta nacional del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Luisa María Alcalde Luján, llegó con la espada desenvainada a Tamaulipas y arremetió con fuerza contra el Partido Acción Nacional y el exgobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca.

Acusó al PAN de mantener las mismas prácticas y rostros del pasado, sin mostrar empatía con la población afectada por las inundaciones en varios estados. “Más allá del cambio de imagen, el PAN conserva las mismas caras y muestra una total falta de empatía con la población afectada”, dijo durante su discurso.

Calificó al exgobernador panista como “el símbolo del cinismo y la corrupción en México”, acusándolo de haberse enriquecido a costa del erario público y de vivir en el exilio en Estados Unidos con recursos provenientes de Tamaulipas. “Personajes como él evidencian el saqueo y la corrupción en el país”, afirmó.

Luisa María defendió la Cuarta Transformación impulsada por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, destacó los logros de la administración estatal encabezada por Américo Villarreal Anaya, y resaltó la alta aprobación popular de la presidenta Claudia Sheinbaum en Tamaulipas.

También reiteró el llamado a una reforma electoral profunda que elimine el fuero y revise el sistema de representación plurinominal. “La democracia se fortalece quitando privilegios, no protegiendo corruptos”, enfatizó.

Contrastó además el evento de Morena en Tamaulipas con el relanzamiento del PAN, al que acusó de realizar una reunión costosa y carente de sensibilidad hacia las víctimas de las inundaciones. “Nosotros no hacemos reuniones para repartirnos cargos ni para cambiar logos, sino para organizarnos y poner nuestra estructura al servicio del pueblo”, expresó.

Desde su refugio en Estados Unidos, Cabeza de Vaca respondió a través de redes sociales, calificando las acusaciones como “mentiras y calumnias”. Alegó que durante la gestión de Alcalde en la Secretaría de Gobernación se incrementó el IEPS en más de 138 mil millones de pesos, haciéndola —según él— cómplice de ese desvío.

El exgobernador cuestionó el propósito de la visita de Luisa María a Tamaulipas, asegurando que su intención fue descalificarlo a él y a su partido sin presentar pruebas. Afirmó que no le perdonan haber “descubierto y exhibido la red criminal de corrupción más grande de la historia de México” durante el gobierno de López Obrador.

En contraparte, lo anterior refleja el “topón” político entre figuras de Morena y el PAN, en un contexto donde la Fiscalía Anticorrupción de Tamaulipas ha vinculado a proceso a varios exfuncionarios del sexenio de Cabeza de Vaca. La lista de investigados sigue creciendo, y no se descarta que el exmandatario sea alcanzado por la justicia.

El exgobernador se ha burlado de la justicia mexicana desde Estados Unidos, presumiendo su vida de lujos. Con doble nacionalidad mexicana y estadounidense, Cabeza de Vaca goza de una protección especial, ya que las autoridades norteamericanas difícilmente entregan a uno de los suyos.

Durante su sexenio, colaboró con agencias federales de EE. UU. y creó el grupo GOPES, señalado por violaciones a los derechos humanos. En su juventud, incluso fue detenido por robo de autos en McAllen, Texas, antes de escalar en las filas del PAN hasta convertirse en gobernador de Tamaulipas, manteniendo siempre un estilo autoritario y de control político.

Actualmente, enfrenta una orden de aprehensión federal por delincuencia organizada y lavado de dinero. Promovió un amparo que fue turnado a la ministra Lenia Batres Guadarrama, quien determinará si la orden debe ejecutarse. Aunque sigue vigente, su ejecución depende de esa resolución.

En este punto, la situación de Cabeza de Vaca se complica. Todo apunta a que en un futuro cercano, México solicitará su extradición, aunque con la protección de su ciudadanía estadounidense podría evadir la justicia por más tiempo.

Como advierte el autor: si ya se entregó a Rafael Caro Quintero a Estados Unidos, la pregunta que queda en el aire es —¿qué ofrecerá México a Donald Trump a cambio de Cabeza de Vaca?—. Porque, en política y en justicia, nada es gratis.

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