Opinión pública

Por Felipe Martínez Chávez

Cd. Victoria, Tamaulipas.– Si los investigadores cibernéticos hacen su tarea, no van a batallar mucho para dar con los autores de la campaña de lodo dirigida contra la UAT y sus directivos en los últimos meses.

No son muchos y están bien ubicados. Desde el anonimato lanzan la piedra y esconden la mano, pero siempre queda una huella que puede conducir a ellos. Son los autores materiales. Más difícil será dar con la mano negra que suelta el dinero, si no son denunciados por los sicarios del ciberespacio.

Se sabe que son individuos de Victoria y alrededores, no fuego amigo partidista —Morena— y menos colaboradores de la administración estatal, sino resentidos con rencores acumulados porque pidieron a manos llenas y la austeridad en el poder se los negó. Otros, chantajistas del dinero y del retiro de denuncias penales.

En pueblo chico, escándalo grande. Pueden ser “guerras” o “chuladas” de aquellos lodos del asalto descarado a que sometieron a la UAT, porque saben que la Fiscalía Anticorrupción y el nuevo Poder Judicial avanzan en la judicialización. Hasta un exrector tiene rejas en su futuro por la lana que malversaron, a cambio de un pinchurriento terreno en el que dizque se construiría la Ciudad Universitaria de Reynosa.

Todo padre de familia, como Dámaso, haría lo mismo. Como político pueden decirle lo que quieran —aun siendo mentiras—, hasta “huachicolero”, despectivo de moda, que no le quita el sueño. Pero no con los suyos.

Si no hay cambio repentino, los universitarios que tienen la camiseta bien puesta preparan esta misma semana una marcha del desagravio en esta capital, en defensa de la institución que hoy se cuelga medallas como una de las mejores universidades públicas del país.

El rector Dámaso Anaya ha llevado a la UAT a estándares de calidad académica, como lo muestra un reciente sondeo de la encuestadora CE Research que ubica al titular de la casa de estudios en el quinto lugar del ranking de universidades públicas, con una aprobación ciudadana del 63 por ciento.

No solo los universitarios, sino también la comunidad estatal, sienten que la UAT marcha por buen destino en la misión que le encomendó la sociedad.

Volviendo a la investigación, todo está en que el rector —como lo dijo a la prensa— presente la denuncia en la instancia correspondiente. Ya se metieron con su familia, con sus hijos. No hay otra opción que denunciar a esas páginas operadas por gatilleros de redes.

Hay dos opciones, como dijo el propio médico veterinario: vía federal y fuero común. La FGR tiene su Unidad de Investigación Cibernética y Operaciones Especiales para seguir el rastro de los difamadores y llevarlos al banquillo de los acusados. También existe una Policía Cibernética dependiente de la Guardia Nacional.

La Fiscalía de Tamaulipas mantiene su Policía Cibernética, y la Guardia Estatal cuenta con su propia Guardia Cibernética, ambas con capacidad para detectar delincuentes de la red.

No están muy lejos los difamadores. En el fondo, autores materiales e intelectuales son viles chantajistas: gente que busca el dinero de la Universidad, cobrar por cualquier motivo o volver a cobrar si ya lo hacían, además de pedir perdón por haberse apropiado de recursos en el pasado reciente.

Hay páginas de redes creadas exprofeso para atacar a la Universidad, a su rector y a la familia universitaria, tratando de “doblarlos”.

Se sabe que una cuenta fue creada el 17 de marzo de 2025. El 24 del mismo mes le cambiaron de nombre porque al parecer había coincidencias de dominio. Es operada desde Ciudad Victoria, con presunto domicilio en el sector poniente de la mancha urbana. Es la principal en aventar lodo a diestra y siniestra rumbo al Ocho Matamoros.

Otra página reporta como sede un domicilio en la calle Olivia Ramírez, también de la antigua Villa de Aguayo. Se registró inicialmente el 7 de diciembre de 2021 en la categoría de medios de comunicación. Cambió de nombre el 15 de mayo de 2025, volvió a hacerlo el 4 de marzo del mismo año y conserva el mismo con el que insulta y denigra. Decir sus nombres corresponderá al denunciante, no a quien escribe.

Una mercenaria más se dio de alta el 3 de octubre de 2021 —todas en Facebook— y, como no se paga, la conservan para actos pandilleriles cibernéticos.

Ciertos sicarios de redes, por conveniencia propia o encargo, buscan impunidad. La última que se menciona fue creada el 3 de enero de 2025, y así se deja: no se trata de acusar, es un tema que incumbe únicamente a la UAT y a la familia universitaria, quienes son los agraviados por esta guerra sucia.

Cierto es que pueden salir órdenes de aprehensión no solo por los terrenos de Reynosa, sino también por la autoventa de aquella costosa camioneta que un exfuncionario de la UAT remató a su esposa “porque gastaba mucha gasolina”.

Hay quienes sí tienen problemas de sueño. En su futuro se vislumbran órdenes de aprehensión, y no parece que vayan a doblar a la autoridad universitaria para que retire las demandas.

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