
La Comuna
José Ángel Solorio Martínez
La derecha mexicana anda desorientada, bocabajeada. No tiene precandidatos respetables para la batalla electoral que se avecina por la sucesión de la presidenta Claudia Sheinbaum. Tan desangelados se ven los aspirantes panistas —y priistas— que han echado mano de uno de los símbolos más claros del desastre azul: el texano-tamaulipeco Francisco García Cabeza de Vaca.
Saben que está en el exilio por sus tropelías con los fondos de los tamaulipecos; conocen las acusaciones por lavado de dinero y sus vínculos con personajes del huachicol fronterizo. También tienen datos de la inconmensurable fortuna en dólares que amasó producto del saqueo del dinero público.
Posiblemente ese sea el factor que lleva a diversos líderes de opinión a alistarlo para la guerra electoral que se aproxima. No lo ven como un político con posibilidades, sino como un cliente con vigor económico capaz de financiar cualquier aventura que le limpie la cara, tan manchada por el largo rosario de malos manejos durante su administración estatal.
La derecha salió diezmada del enfrentamiento con la Cuarta Transformación y con Andrés Manuel López Obrador en la presidencia. Pero quedó aún más maltrecha tras la arrollada que les propinó Sheinbaum, quien prácticamente los borró del mapa político cuando amagaban con frenar el Segundo Piso de la 4T.
Si AMLO los descontó, Claudia los aplastó. Desde entonces, el PRIAN no ha podido levantar cabeza.
¿Quién despuntaría para la candidatura presidencial de los conservadores?
Echemos un vistazo:
Alito Moreno, personaje demencial, mitómano, cleptómano a punto de desprenderse de la realidad por el peso de la inmoralidad que carga.
Xóchitl Gálvez, que hasta se metió al gimnasio para recomponer su figura y ganar likes, como muestra de su permanencia en la jugada política.
Lilly Téllez, senadora estridente cuyo discurso destila más odio irracional que una propuesta seria de oposición.
Ricardo Salinas Pliego, deudor fiscal, usurero y expoliador de miles de trabajadores en sus rapaces empresas.
Parece la lista de un archivo policiaco. Todos ellos, millonarios por obra y gracia de la política neoliberal.
Ahora, los amarra-navajas dan vuelo a la precandidatura de Cabeza de Vaca como única fórmula para “rescatar” a México de la supuesta dictadura de la Cuarta Transformación y su Segundo Piso.
Eso recuerda viejos escenarios regionales: la búsqueda de Tomás Yarrington por la presidencia. No pudo obtenerla. Eso sí, logró una estancia en las mejores prisiones de Italia, Estados Unidos y México.





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